El diseño de este condominio buscó generar comunidad entre los vecinos mediante la integración de áreas verdes, equipamiento y zonas de esparcimiento, inspirado en los trabajos de Fernando Castillo-Velasco en la comuna de La Reina de la ciudad de Santiago. Se plantea que esto es posible de generar en la medida que en se ofrezcan desde el inicio áreas de encuentro, donde los vecinos puedan reunirse y armar vidas compartidas. Con este fin, paralelamente a los requerimientos comunes –electricidad, pavimentación, agua-, se diseñó un Parque central junto a la calle y una segunda área verde hacia la playa donde se ubicó un Quincho y un Fogón junto al mar. En la parte superior del condominio se contempló una torre-mirador, a la cual se accede a través de un puente colgante, desde donde se pueden observar los morros, imagen icónica de punta de lobos, y la ola para aquellos que practican el surf.